PETO 19 MAYO. Desde su humilde vivienda, que está a punto de
colapsar, Doña Nicolasa Pech Benítez de 95 años denuncia que el DIF Municipal
la quitó de la lista del Programa de Asistencia Alimentaria Familiar (Pasaf), a
pesar de su avanzada edad y la situación de vulnerabilidad en la que se
encuentran los 9 miembro de su familia.
Aunque las carencias sean muchas, la prioridad
para esta humilde familia, de la calle 10 entre 23 y 25 de la colonia José
María Morelos y Pavón, es ver la manera de comer y alimentar a seis pequeños en
edad escolar.
Desde el mes de octubre pasado, María Victoria
Pech Vega, hija de Nicolasa, ha dado infinidad de vueltas en las instalaciones
del DIF para pedir que la tomen en cuenta en el PASAF, pero hasta hoy, solo han
dicho que llevarán su documentación en el DIF Estatal.
“Ya di muchas vueltas en el DIF y solo se han
burlado de mí, me están jiroteando como trompo, llevé toda la documentación y
después me dijeron que mi nombre no llegó en la lista. No tengo vergüenza de
decirlo, somos pobres, si vamos a pedir es porque de verdad necesitamos el
apoyo” denunció.
“En una ocasión, la secretaria me estaba
pidiendo más papeles y como ya di muchas vueltas, le dije que iba a ir a Mérida
al periódico para denunciar lo que estaban haciendo y me respondió groseramente
que le vale, que haga lo que yo quiera” señaló
“Queremos que el DIF Estatal nos apoye, si
estamos pidiendo es porque de verdad lo necesitamos, somos muy pobres, mi madre
tiene 95 años y no puedo salir a trabajar porque la tengo que atender, mi
hermano es campesino y con lo poquito que gana nos da de comer” comentó.
“La última vez que fui al DIF me encontré a
Sofía (ex regidora y ahora funcionaria municipal) le comenté mi caso, pues durante
campaña nos visitó y sabe cómo vivimos, y solo me dijo que vendría a visitarnos
para traernos una despensa, mientras que mis papeles los llevaba a Mérida,
hasta hoy no aparece”
“Fui a la presidencia a plantear mi caso y las
secretarias no me dejan hablar con el Alcalde Jaime Hernández, dicen que está
ocupado o está en reunión importante” añadió
En ese momento, Doña Nicolasa intervino en la
charla y nos invitó a pasar para observar las condiciones de extrema pobreza en
la que se encuentran, sentada a un costado de la candela, donde se cocinaba
medio kilo de frijol, nos relató que su vivienda estaba a punto de colapsar.
Con el rostro lastimado por los años, pero sin
perder la alegría de vivir, Doña Nicolasa nos contó los sacrificios que
realizan sus familiares para sobrevivir, más cuando el DIF local se burló y
engañó a su hija para no darle una despensa mensual.
“Somos muchos en esta casita, para dormir es un
problema porque tienes que estar esquivando las hamacas para ir al baño, somos
10 personas y solo tenemos 7 hamacas; este mismo lugar, aunque el cuerpo ya
casi no tiene bajareques, sirve como cocina, comedor y dormitorio” señaló en
lengua Maya.
Para finalizar, doña Nicolasa Pech nos comentó
que está enferma, pero se tiene que aguantar hasta que paguen su pensión del
adulto mayor, que otorga la SEDESOL, para ir al médico. Así mismo, mencionó que
necesita una silla de ruedas para poder salir y no quedar “encerrada” en su
hogar.
A pesar de que las autoridades anuncien que se
está combatiendo el rezago social y el hacinamiento, basta con salir del centro
de la población para ver la realidad de las familias y su lucha diaria por
salir adelante, aunque muchas veces pareciera que el mismo gobierno pone trabas
para que no se cumplan sus metas.
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